Marketing: el límite del engaño

por | Ene 17, 2015 | Marketing, MBA-UEC

Muchas veces la manera más rápida de definir una filosofía de vida como puede ser la capacidad de dar valor a la realidad, es descalificada incluso despreciada por quienes, en su ignorancia, optan por colocar una barrera a este mundo. Es la salida fácil, la desconfianza y el hastío de la continua propagación de ideas sin orden sobre una serie de productos, de realidades que queremos expandir.

Pero, ¿qué hay de cierto en estas afirmaciones? ¿Realmente, como se suele decir, “todos son iguales”? Y sobre todo, ¿Cuál es la razón de este pensamiento?

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Imagen : Stuart Miles. Agradecimientos a FreeDigitalPhotos.net.

Cuando se extiende una opinión de manera generalizada, es un acto de irresponsabilidad no afrontar dicha situación, no valorar cuáles podrían ser las razones y, por encima de cualquier otro objetivo, llegar a una conclusión acertada que nos permita reconducirla.

De ahí, el porqué hoy, nos detenemos para analizar todas estas cuestiones que  se nos han planteado.

Con respecto a la primera de ellas, podemos afirmar de manera rotunda que el marketing, la ciencia y el arte de satisfacer las necesidades sociales, es lo más alejado al engaño, a pesar de que la linde entre marketing y engaño sea tan angosta. Gran parte del trabajo consiste en analizar la realidad y, llevado a su máxima expresión, consistiría no tanto en dar a sus receptores lo que quieren, SINO LO QUE NECESITAN.

Por otro lado, nos planteamos esa manida expresión de “todos son iguales”, se convierte en una generalización cuanto menos injusta, y ahí está la clave de la imagen falaz con la que muchos se empecinan en rodear a esta habilidad para leer en las mentes de sus destinatarios.

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Sin embargo, es en esa opinión donde vamos a encontrar la clave y es que, muchos, se han jactado de practicar esta facultad cuando con ella lo único que han hecho es difuminar la práctica del embuste.

Por ello, debemos dejar claro qué debemos entender y propagar como una idea única acerca de lo que realmente supone el marketing. Hacer de éste el peor enemigo de aquéllos que no reflejan la realidad de las cosas, que quieren tergiversar lo fáctico.

El marketing consiste justo en lo contrario, en dar valor a la verdad, hacer que ésta sea la piedra angular sobre la que gira la maestría en conocer las virtudes de sus intereses y hacer que éstas minimicen sus defectos. Es una labor inconmensurable, un verdadero servicio a la sociedad, facilitar el entendimiento de su ecosistema y de su existencia.

Como conclusión, cualquiera que ame esta magnífica disciplina sabrá que el punto de partida de su función está precisamente en delimitar la divisoria entre promoción y el engaño, entre el fomento y satisfacción de las necesidades sociales y el sofismo propio de los que, convencidos de su palabra, se arman de ella para distraer la atención de las personas y hacerlas vulnerables y sin autodeterminación.

El verdadero dueño y señor de esta ciencia es aquél capaz de convertirse en receptor orgulloso de sus propias convicciones.

Este artículo ha sido realizado por: Ornella Ippolito, Juan Antonio Molina Cruz y Sergio Sánchez Castro, alumnos del MBA de la Universidad Europea de Canarias

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