Para emprender, una buena idea no es suficiente

por | Ago 14, 2013 | Emprender, Negocios

eBay no fue la primera que hizo subastas en línea. Amazon no fue la primera que vendió por Internet. Google no inventó el buscador, ni Dropbox fue el primer almacenamiento basado en servidores.

Escoja una empresa exitosa, y siempre encontrará una historia triste de un predecesor que falló, teniendo la misma buena idea. Cuando entrevisté a casi 100 emprendedores de éxito para mi libro «El perfil humano y profesional de los emprendedores digitales» la gran mayoría coincidía en destacar que

LO IMPORTANTE NO ES LA IDEA,

LO IMPORTANTE ES LA EJECUCIÓN DE DICHA IDEA

emprender, la idea

© Imagen: Designinspiration

Otro ejemplo es Facebook. Muchos de los que vieron la película The Social Network piensan que Zuckerberg le robó la idea a los hermanos Winklevoss. La comunidad de emprendedores tecnológicos, sin embargo, considera que la demanda de estos es risible y oportunista.

Facebook no era una idea original – las redes sociales existían desde hacía una década, en la forma de SixDegrees, Friendster y MySpace. El éxito de Facebook vino de la cantidad de ideas e iteraciones sobre la implementación del producto, el acercamiento al mercado y el compromiso de los clientes.

La comunidad de tecnología siente un gran desprecio por el sistema de patentes, ya que permite que entidades no practicantes (conocidas como Trolls de patentes), que nunca han enfrentado el reto de construir un producto o negocio, pueden mantener los derechos sobre una simple idea. El sistema sobrevalora las ideas y subvalora la ejecución

Lo importante para emprender es la ejecución

Los grandes emprendimientos dependen de la ejecución. Rara vez la idea inicial dicta el resultado. El éxito depende de las miles de ideas y decisiones que se toman a lo largo del camino y de la velocidad a la cual ese conocimiento se implementa según las necesidades de los clientes.

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Esto no quiere decir que las ideas no tienen valor. Se necesita un punto de partida. El emprendedor debe enfocarse en enamorarse de los problemas que quieren resolver, y no en las ideas iniciales. A medida que profundicen en la hipótesis original, aprenderán, se adaptarán, fracasarán, se adaptarán nuevamente, e irán construyendo una experticia crítica que nunca consideraron cuando comenzaron.

En muchos casos, la idea original termina resultando graciosa o inocente comparada con lo que luego hizo falta para convertirla en exitosa. Al igual que los científicos, los emprendedores resuelven problemas a través de mucho trabajo validando e invalidando ideas tempranas, y no de una sola chispa de inspiración. Los grandes emprendedores construyen su éxito con el tiempo, no en un solo momento. Las ideas son estáticas. Los emprendimientos son dinámicos.

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