Bill Gates es el segundo de los tres hijos que tuvo el matrimonio formado por William Gates y Mary Maxwell. Nació el 28 de octubre de 1955 en Seattle, en la costa oeste de EE UU, en el seno de una familia acomodada (su padre era un destacado abogado y su madre, una ejecutiva de alto nivel del First Interstate Bank, uno de los mayores bancos del país).
Gracias a la favorable posición económica de su familia pudo ir desde los 13 años a Lakeside School, la escuela más prestigiosa y cara de Seattle. Fue allí donde descubrió muy pronto su pasión por los ordenadores gracias al Club de Madres. Y es que tras una rifa benéfica, este grupo de mujeres logró comprar un ordenador para el colegio. Bill Gates y su amigo Paul Allen programaban juegos sencillos sentados frente a aquel enorme, pesado y lento aparato. Aquel ordenador, llamado PDP- 8, fabricado por Digital Equipment, costaba 18.000 dólares (unos 13.400 euros). Ocupaba el tamaño de un pequeño armario de metro y medio de altura, pero sirvió para que el joven Bill de tan solo 13 años soñase con que algún día millones de individuos podrían tener sus propias computadoras.
«Estoy seguro de que una de las razones por las que estaba tan decidido a ayudar a que se desarrollara el ordenador personal era porque quería tener uno para mí«
De Seattle a Harvard, Albuquerque,…
En 1973 ingreso en la prestigiosa Universidad de Harvard, pero en el año 75 la abandonó. La verdad es que no era muy aplicado. «Durante mi primer año, instituí una política deliberada de saltarme la mayoría de las clases para después estudiar febrilmente al final del curso«, confesaría muchos años después en un libro de recuerdos. ¿Y qué hacía durante su tiempo libre? «Llené mis horas de ocio con una buena cantidad de póquer«. El 13 de diciembre de 1977 (Bill tenía 22 años) la policía de Albuquerque (estado de Nuevo México) lo detuvo por conducir sin licencia. Lo llevó a la comisaría y le hizo varias fotos de frente y de perfil. El joven de 22 años, que usaba gafas enormes, sonrió mientras sostenía su número de ficha policial: 105.519. |
Un día, deambulando por las calles cerca de la universidad, Gates y Allen se fijaron en la revista Popular Electronics que mostraba una especie de pequeña computadora (sin teclado ni pantalla) para ensamblar en casa por 397 dólares. Su nombre era Altair 8080, y lo más importante de todo es que llevaba en el corazón un innovador chip 8080 de Intel. Gates y Allen quedaron sorprendidos ante esa máquina. Paul Allen consiguió el manual del Altair 8080 y con Gates se dedicó a escribir un programa Basic modificado para usar en esa computadora de la revista. «Paul y yo no dormimos mucho y perdimos la noción de la noche y el día«, confesaría Gates años después. «Pero a las cinco semanas, teníamos escrito nuestro Basic y había nacido la primera compañía de software para microcomputadoras. En su día la denominamos Micro-Soft«.
Fue entonces cuando Bill Gates decidió abandonar la universidad. Tenía 19 años. Bill Gates fue en aquella época un hombre orquesta en Microsoft. Era agente comercial, llevaba las finanzas y el marketing, y mejoraba su propio programa. Estaba naciendo la industria del ordenador personal y las empresas informáticas acudían a Microsoft con toda clase de proyectos. El volumen de trabajo era tan desmesurado que Gates recurrió a un viejo compañero de la universidad llamado Steve Ballmer para que se ocupara de dirigir la compañía, ya que Gates no quería dedicar más de un 10% de su esfuerzo mental a los negocios. Ballmer aceptó con la condición de que le diera manga ancha para contratar personal. Gracias a ello, las ventas de Microsoft crecieron incluso más rápido de lo que esperaban.
Y nació el MS-DOS y Windows
Fue en 1980 cuando se presentaron en las oficinas de Microsoft en Seattle dos emisarios de IBM que les hicieron un encargo histórico: escribir el software para un ordenador personal que se estaba cociendo en sus laboratorios. Gates a pesar de que sólo tenían unas líneas de código, muchas ideas y ganas de hacerlo logró que IBM les encargara el desarrollo de dicho software. Fue una ‘fantasmada’ porque no tenían lo que IBM necesitaba pero Gates lo consiguió y en el plazo acordado le entregaron el programa. Así nació lo que posteriormente se llamaría MS-DOS (Microsoft Disk Operating System).
En agosto de 1981, IBM presentó su PC (Personal Computer) y comenzó a usar el MS-DOS de Microsoft pero IBM no tenía la exclusiva del programa sino que Microsoft la cedía también a otras empresas de ordenadores. Y así, gracias a las aportaciones de ambos nacieron los famosos clónicos del PC que empezaron a crecer como hongos e hicieron abaratar la industria.
En poco tiempo, Microsoft se convirtió en el estándar de la industria y Gates consiguió salir en 1984 la portada de Time por primera vez (saldría seis veces más) como el hombre que había hecho magia con chips. Durante todo este período se sucedieron las peleas con Steve Jobs quien llegó a contratar a Bill Gates pero finalmente éste abandonó Apple para seguir con sus propios planes al frente de Microsoft.
Tras el MS-DOS llegó Windows como una evolución gráfica y funcional.
A medida que los programas de Microsoft invadían el mercado aparecieron nuevos fabricantes como Dell, Compaq y Toshiba interesado en equipar sus PCs con programas de Microsfot. Gates necesitaba dinero para seguirles el ritmo y ofreció a IBM la tercera parte de Microsoft, pero el gigante, quizá enfermo de soberbia, rechazó la oferta. Entonces, en 1986, Bill decidió sacar su empresa a bolsa y dado que la mayor parte de sus empleados eran accionistas, les convirtió en millonarios de la noche a la mañana. La acción salió a un precio de 21 dólares (casi 16 euros) y en pocos segundos subió a 29.
Luces y sombras
Aunque también tuvo tropiezos, el magnate del software es uno de los artífices del desarrollo de la informática y del sector tecnológico global. Probablemente tiene tantos admiradores como detractores pero es junto a Steve Jobs, Paul Allen y Wozniak uno de los padres de la revolución tecnológica actual. Su principal acierto y fuente de éxitos fue la apuesta por introducir un ordenador personal en todos los hogares y oficinas.
Se dio cuenta antes que nadie de que el software se podía vender por separado. Y ese es otro de los grandes éxitos del creador de Windows. Haber demostrado el valor que tiene convertirse en plataforma, en el estándar sobre el que otras empresas puedan crear nuevos programas y servicios. Un modelo que después se ha repetido en todos los sectores del mundo tecnológico. The New York Times lo considera creador del efecto de red, por el que un producto se vuelve más valioso cuanta más gente lo utiliza. El correo electrónico y el teléfono son claros ejemplos de ello, y su sistema operativo también.
Actualmente es el segundo hombre más rico del mundo según la revista Forbes con una fortuna de $65 mil millones de dólares. Está casado con Melinda Gates, y ambos ostentan el liderazgo de la Fundación Bill y Melinda Gates, dedicada a reequilibrar oportunidades en salud y educación a nivel local, especialmente en las regiones menos favorecidas, razón por la cual han sido galardonados con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2006.
Y tú, ¿qué opinas de la figura de Bill Gates?
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Psicólogo. Coach Ejecutivo. Fundador y CEO de SoyDigital Network, empresa especializada Digital Business Solutions. Profesor MBA en la Universidad Europea de Canarias. Online desde 1996.
Todo lo que hago es porque creo sinceramente que puede aportar valor a la vida o los negocios de otros.