Ojo con el Whatsapp; no es oro todo lo que reluce

por | Nov 26, 2012 | Móvil, Redes Sociales, Sociedad

Hace un par de años el rey de la comunicación instantánea era el mensaje corto o SMS. Todos recordamos nuestros móviles pitando al recibir un sms en las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Pero ahora…. la cosa ha cambiado ¡y mucho! Las operadoras de telecomunicaciones regalan los sms pero ya no lo usan los jóvenes; sólo las empresas. Hoy, lo que todos (jóvenes, mayores, chicos, mujeres, adolescentes, licenciados, analfabetos,….) usamos es el servicio de mensajería instantánea de Whatsapp.

Whatsapp

Image courtesy of FreeDigitalPhotos.net

Los riesgos del uso compulsivo del Whatsapp

La escena de una pareja o de un grupo de amigos con una cerveza en una mano y con el móvil en la otra dándole a la tecla porque están chateando mediante Whatsapp es frecuente y representa uno de los principales problemas asociados a esta aplicación: el desinterés por la vida real. Vivimos otros mundo paralelos imaginarios sin prestar atención a la realidad que tenemos frente a nuestras narices.

Estar permanentemente pegado al móvil para escribir mensajes y chatear para no comunicar nada puede convertirse en un serio problema ya que altera nuestra percepción del espacio, el tiempo y las relaciones humanas. Puede provocar lo que en Psicología se define como un trastorno en el control de impulsos al no saber parar o detener la tendencia (pulsión) a seguir escribiendo. Esto, lógicamente, también es aplicable a otras redes sociales como Twitter, Facebook o Tuenti.

Cuando no somos capaces de charlar con otras personas sin dejar de consultar el móvil de forma constante y respondiendo a los mensajes de forma inmediata, cualquiera que sea el escenario…. entonces…. tenemos un problema.

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Una investigación asegura que el 5% de los usuarios de telefonía móvil prefiere prescindir del sexo antes que de su smatphone. Pero esto no es todo. Según la investigación realizada por The Online Psychology Degree un 95% de los encuestados se lleva su teléfono a la cama regularmente, y una hora antes de decidir tratar de dormir, navegan por la web, mandan mensajes de texto o miran la televisión.

También tienen un problema de conducta (¿adicción?) quienes utilizan el Whatsapp para controlar a otra/s persona/s. Y es que una de las características de esta popular aplicación es precisamente un arma de doble filo: nos permite conocer el estado o momento de conexión de los demás. Esto nos facilita la comunicación pero puede ser una forma de controlar y vigilar lo que hacen los demás.

Jorge está ahora mismo en línea pero aún no ha respondido, Mercedes escribió por última vez a las cinco y cuarto de la madrugada o Juan hace seis días que no se conecta, son algunas de las averiguaciones que se pueden hacer simplemente mirando el Whatsapp y que pueden resultar comprometedoras.

¿Qué podemos hacer?

  • Diferenciar nuestra actividad en el mundo digital de la vida real
  • No mezclar ambas realidades
  • Separar y dedicar tiempos diferentes para cada relación
  • Nunca priorizar la atención a los mensajes del móvil frente a la conversación con una persona que tenemos en frente
  • Desconectar o reducir la atención al móvil cuando estamos en el trabajo o estudio
  •  No llevarse el móvil a la cama, ponerlo en modo avión o activar la función «No molestar» (es una de las novedades de IOS 6 para iPhone e iPad)
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Y tú ¿qué opinas? ¿Crees que hay que tener cuidado con el Whatsapp? ¿has tenido algún percance por usarlo?

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