La revolución digital frente a la pandemia del coronavirus

por | Mar 18, 2020 | Economía, Sociedad, Transformación Digital

Estamos viviendo la primera gran pandemia en la era digital. El Coronavirus, covid-19, se ha convertido en cuestión de de dos meses en el mayor fenómeno global capaz de modificar la sociedad, la economía y la vida de todos los que habitamos el planeta. Un virus, con gran capacidad de transmisión ha sido capaz de paralizar la economía mundial y confinar en sus casas a millones de personas en todo el mundo. Y por primera vez en la era digital, el mundo de la transformación digital.

Coronavirus, pandemia en la era digital

La primera pandemia en la era digital

La peste negra se originó en el siglo XIV y asoló Europa matando a la mitad de su población, en torno a 25 millones de europeos. La Gripe española (también conocida como la Gran pandemia de gripe) ocasionó 50 millones de víctimas. El SIDA se descubrió en 1980, y desde entonces ha acabado con la vida de 25 millones de seres humanos. En 2003 la Gripe Aviar también causó una gran alerta sanitaria. Y en 2009 la epidemia de Influenza A-H1N1 cuyas víctimas aún no han sido cuantificadas.

Estas son algunas de las más importantes epidemias de nuestra historia más reciente pero ninguna como la actual del coronavirus por su impacto en la vida de las personas y la economía en general.

La infección del coronavirus, covid-19, es por ello la gran pandemia que afecta al planeta en plena era digital.

Cómo afecta la transformación digital en una pandemia

Vivimos en un mundo globalizado. Las personas y las mercancías viajan libremente sin apenas trabas en las fronteras o aduanas. Por eso una infección que se inicia en un mercado en la ciudad china de Wuhan puede llegar al otro extremo del mundo en cuestión de semanas. Este virus, además, al tener una tasa de transmisión tan alta (2,5) puede afectar de forma masiva gran cantidad de población en muy poco tiempo. Es la gran pandemia en la era digital.

Y cómo intervienen en todo este proceso las tecnologías digitales, las redes sociales, la inteligencia artificial,…

1.- Las redes sociales

Han funcionado como el mejor canal de comunicación y transmisión de la información. Lo que un investigador descubre en un laboratorio de cualquier universidad u hospital ha sido inmediatamente puesto en conocimiento de todos a través de las rrss. La información, más que nunca, ha estado accesible para todos en todo momento desde cualquier dispositivo conectado a Internet. No es posible infectarse por desconocimiento.

Por otra parte, canales como WhatsApp son un medio para mantener el contacto (virtual) con amigos, seres queridos, familia,… Todos podemos saber cómo están y qué hacen nuestros contactos con un simple mensaje de WahtsApp.

También las redes sociales pueden ser correa de transmisión de bulos, fake news, falsos mitos,… pero el buen uso está permitiendo transmitir la información en tiempo real a todo el mundo en todos los lugares. ¡Malditos Millennials! El tsunami que inunda las empresas

Con el fin de ofrecer una guía práctica y sencilla a sanitarios, gobiernos, empresas locales, ONG o educadores WhatsApp ha creado el Centro de Información del Coronavirus de WhatsApp en colaboración con la Organización Mundial de la Salud, UNICEF y UNDP (United Nations Development Programme). Este nuevo recurso pretende arrojar luz y brindar una vía de difusión para proyectos, entidades gubernamentales o compañías que confían en WhatsApp para llevar a cabo sus comunicaciones.

En el centro también podrán encontrarse recomendaciones generales y recursos para personas de todo el mundo, con el fin de contrastar bulos y fake news y poder hallar datos de salud fiables.  

Además, WhatsApp ha donado un millón de dólares a la Red Internacional de Verificación de Contenidos (Fact-Checking Network – IFCN) del Poynter Institute.

2. La Inteligencia Artificial y el Big Data

Los científicos e investigadores, gracias a los avances en machine learning, big data e inteligencia artificial, poseen herramientas que les permitirá desarrollar una vacuna eficaz en tiempo record. Los modelos matemáticos usan grandes cantidades de datos recopilados del comportamiento del coronavirus en todo el mundo y nos permite conocer y predecir con gran precisión qué ocurrirá en los próximos días o semanas. No se deja nada a la especulación. Los algoritmos nos enseñan cómo evoluciona una pandemia y, en consecuencia, nos permiten desplegar las medidas sanitarias y/o políticas antes de que sea tarde. Los algoritmos en la transformación digital de las empresas

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La IA está consiguiendo reducir el tiempo de desarrollo de un medicamento, reduciendo a menos de 12 meses lo que normalmente tarda años en comprobarse. El ejemplo es la DSP-1181, una molécula desarrollada íntegramente por inteligencia artificial cuyo medicamento resultante va a ser probado en humanos.

Fue gracias al sistema canadiense creado por BlueDot, que utilizó un algoritmo impulsado por IA para rastrear informes, noticias, bases de datos que permitió al cruzarlo que saltara la voz de alarma y un epidemiólogo chino comprendió e informó a las autoridades, en la víspera de la pasada Nochevieja, de 27 casos de neumonía de causa desconocida.

Como señala Byung-Chul Han (filósofo y ensayista surcoreano que imparte clases en la Universidad de las Artes de Berlín) en su artículo de opinión publicado en El País: para enfrentarse al virus los asiáticos apuestan fuertemente por la vigilancia digital. Sospechan que en el big data podría encerrarse un potencial enorme para defenderse de la pandemia. Se podría decir que en Asia las epidemias no las combaten solo los virólogos y epidemiólogos, sino sobre todo también los informáticos y los especialistas en macrodatos. Un cambio de paradigma del que Europa todavía no se ha enterado. Los apologetas de la vigilancia digital proclamarían que el big data salva vidas humanas.

Toda la infraestructura para la vigilancia digital ha resultado ser ahora sumamente eficaz para contener la epidemia. Cuando alguien sale de la estación de Pekín es captado automáticamente por una cámara que mide su temperatura corporal. Si la temperatura es preocupante todas las personas que iban sentadas en el mismo vagón reciben una notificación en sus teléfonos móviles. No en vano el sistema sabe quién iba sentado dónde en el tren. Las redes sociales cuentan que incluso se están usando drones para controlar las cuarentenas. Si uno rompe clandestinamente la cuarentena un dron se dirige volando a él y le ordena regresar a su vivienda. Una situación que para los europeos sería distópica, pero a la que, por lo visto, no se ofrece resistencia en China.

El robot autónomo de UVD Robots utiliza ocho luces ultravioletas UV-C para desinfectar habitaciones de un hospital para destruir enfermedades infecciosas, bacterias o virus. Proporciona una cobertura de desinfección de 360 ​​°, matando al 99.99% de los gérmenes. Puede tratar una habitación en 10 minutos con un proceso que daña la estructura de ADN y ARN de microorganismos dañinos, evitando que se multipliquen. Elimina el error humano, pero durante el proceso de desinfección, el área de limpieza debe aislarse. La firma danesa ha desarrollado un paquete de algoritmos y ha implementado sensores en el robot para poder cubrir todas las superficies aplicando la luz necesaria en cada rincón para desactivar el virus del COVID-19. En China, la empresa Sunay Healthcare Supply está procurando estos equipos robóticos a más de 2.000 hospitales.

3.- El teletrabajo

Es la gran oportunidad para reivindicar el uso eficiente de las herramientas tecnológicas en el trabajo. No es necesario, en muchos casos, la presencia física de las personas en un mismo lugar de trabajo. Hoy día, muchas operaciones se realizan con el uso de un ordenador conectado a Internet. Y no importa el lugar donde esté físicamente ese ordenador. El problema es que muchas personas no tienen todavía la mentalidad de trabajo a distancia. Vivimos en una cultura del contacto social, del café de media mañana y la cervecita por la tarde. Pero se puede teletrabajar y el coronavirus lo está poniendo sobre la mesa como una obligación.

Es hora por tanto que las empresas y las administraciones públicas tenga digitalizados sus procedimientos y procesos para que cualquier empleado pueda realizar su trabajo desde cualquier lugar conectado a la red.

Disponemos de infinidad de herramientas que permiten el trabajo compartido: desde servicios puramente cloud hasta plataformas para organizar videoconferencias, equipos de trabajo distribuidos, centralitas telefónicas en la nube, office365, suite de Google,… ¿Qué es la Globalización 4.0 y cómo te va a afectar a ti?

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4.- El mundo es VUCA

Si alguien todavía pensaba que vivía en un mundo de certezas y verdades inmutables creo que la pandemia del coronavirus les ha dado un buen motivo para reflexionar. No existe el riesgo cero en salud, vivas donde vivas. El mundo actual es muy volátil, cambiante, incierto e inseguro. ¿Quién dice que una infección que surge en un mercado chino no puede llegar a alterar la economía de medio mundo?

La incertidumbre sobre lo que puede suceder pasado mañana, sobre el impacto en occidente de los altibajos en los mercados de Asia o sobre el impacto en la salud global de un simple virus es algo que nos va a acompañar para siempre. Esto exige desarrollar una nueva habilidad (soft): hay que aprender a vivir en la incertidumbre. Ya no es necesario saber gestionar el cambio; lo importante es saber vivir en entornos inciertos, inseguros donde la incertidumbre es lo habitual. El mundo vuca ¿sabes qué es y cómo te afecta?

5.- La economía digital

Otra de las grandes revelaciones de esta gran pandemia en la era digital es la fragilidad de la economía digital. Las bolsas de  todo el mundo han sufrido una de las mayores caídas de su historia. Los mercados están cada día mas interconectados. Las industrias  dependen unas de otras. La interrelación entre clientes, usuarios, empresas, proveedores,… afecta a todo tipo de negocios y sectores. Este hecho tal vez nos permita diseñar estructuras o fórmulas para evitar que algo parecido vuelva a ocurrir. Parece necesario fortalecer industrias estratégicas que puedan garantizar el funcionamiento económico del resto de empresas. Cómo la transformación digital cambia nuestro cerebro y nuestra mente

6.- Las Apps y la web

El uso de app y páginas web también están suponiendo una nueva forma de afrontar la pandemia. Por una parte son fuente de información. Y por otra, sirven para monitorizar el estado de salud de la población. Tres instituciones acaban de hacer público el Conjunto de Datos de Investigación del COVID-19, una herramienta que reúne todo el corpus de investigación relacionado con el coronavirus para ayudar a los científicos de todo el mundo a acelerar sus investigaciones para combatir la pandemia. Han creado una base de datos en web con más de 24.000 paper científicos. La base de datos ya está disponible en el sitio web Semantic Scholar de AI2 .

La base de datos nació a petición de la Oficina de Política Científica y Tecnológica de EE. UU. (OSTP, por sus siglas en inglés) a través de una colaboración entre tres organizaciones. La Biblioteca Nacional de Medicina (NLM) de los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. proporcionó acceso a las publicaciones ya existentes científicas; Microsoft usó sus algoritmos de búsqueda para encontrar artículos relevantes; y el Instituto Allen de Inteligencia Artificial (AI2), una organización sin ánimo de lucro, convirtió las páginas web y archivos PDF en un formato estructurado que puede ser procesado por algoritmos

Países como Corea del sur, con una democracia de corte occidental han utilizado una app y les ha funcionado. Allí los ciudadanos de forma voluntaria se descargaban una app para ser monitorizados y poder determinar si estaban en riesgo de contagio en función de sus hábitos y sus contactos sociales.

En el caso de Corea, como explican en Bloomberg, la clave del éxito ha sido la realización masiva de tests de contagio. A las personas afectadas y las que han entrado en contacto con ella se les realiza un seguimiento mediante una app, esta permite conocer sus movimientos. Pero también realizar consultas médicas. El sistema ha resultado bastante eficaz.

Italia ya ha lanzado en el país una aplicación para rastrear la infección. La aplicación permite analizar de forma anónima los movimientos de la población. No sólo los presentes, también los de las últimas semanas. De esa forma sería posible cruzar datos para conocer mejor la envergadura de la transmisión del coronavirus.

En España también se acaba de dar a conocer una aplicación de la Comunidad de Madrid. Ha sido desarrollada con la colaboración del empresario Martin Varsavsky y empresas como Telefónica. Se trata de coronamadrid.com. Esta web que ya se ha convertido en aplicación, se busca aliviar la sobrecarga de consultas sanitarias en Madrid.

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Es cierto que la web también es tierra donde crecen los bulos, los falsos mitos y la desinformación malintencionada. Pero bien usada es la mejor fuente que tenemos a nuestra disposición para obtener las novedades de una pandemia que afecta a medio mundo.

Singapur, con 5,7 millones de habitantes, es uno de los países con menos casos de infectados y muertes por el Covid-19. Para evitar un escalada de contagios, el Gobierno lanzó a mediados de marzo una aplicación que va por delante de todas las que se están probando en el resto de países en Asia o Europa. Se llama TraceTogether y en lugar de usar el GPS como forma de localizar posibles focos de contagio, tira del Bluetooth para lograr que el móvil se transforme en una especie de radar que se conecta durante unos milisegundos a otros teléfonos cercanos a su paso.

Tu teléfono digamos que va recolectando identificadores cifrados de otras personas con las que te vas cruzando. Va almacenando esos identificadores y solo el Gobierno puede saber a qué móvil pertenecen. Si tú al cabo de unos días das positivo en coronavirus, puedes decidir ceder esos datos al Gobierno para que acceda al histórico de contactos registrados en tu móvil. Así podrán avisar a esas personas y pedirles que se hagan un test, que se aíslen, hospitalizarlas… Aquí puedes ver cómo funciona.

El MIT también ha lanzado una ‘app’ que te avisa si te has cruzado con algún infectado. La app se llama Private Kit: Safe Paths. Comparte información sobre los movimientos de los usuarios de forma anónima y sin pasar por servidores centrales. Su objetivo que la gente sepa si ha estado en contacto con personas con COVID-19 y ayudar a las autoridades a controlar puntos críticos que puedan convertirse en focos del brote

7.- La Geolocalización

Según informa el Corriere Della Sera en la región de la Lombardía se ha usado la geolocalización en cooperación con los teleoperadores de telecomunicaciones. Se trata de un experimento en el que se han rastreado de forma anónima los movimientos de las personas en esta zona. Y se ha llegado a la conclusión de que a pesar de las medidas de confinamiento, los movimientos se han reducido un 60%.

La web/app de la Comunidad de Madrid solicita el consentimiento para mandar nuestra ubicación geográfica al usarla. Esta información se usará “para saber dónde te encuentras y poder ofrecerte las mejores medidas preventivas y de evaluación en cada momento”. Aunque también se detalla que estos datos de localización se pueden usar con “finalidades estadísticas; para investigación biomédica, científica o histórica; y para archivo en interés público”.

De esa forma sería posible saber si alguien en cuarentena o enfermo de coronavirus ha roto su aislamiento.

Hong Kong ha impuesto una pulsera localizadora que estará conectada al teléfono móvil e informará a las autoridades cuando detecte un movimiento en la lucha contra el coronavirus. La pulsera localizadora estará conectada al teléfono móvil del ciudadano y solamente informará a las autoridades cuando detecte un movimiento. Es decir, si la persona sale del domicilio, la policía recibe automáticamente un mensaje de alerta sobre este hecho y puede proceder a aplicar una multa de hasta 600 euros y 6 meses de cárcel.

Por otra parte, datos de plataformas como Strava, en la que multitud de deportistas comparten sus entrenamientos o las apps que cuentan los pasos de los móviles pueden servir de base para controlar a los usuarios que se salten el confinamiento para practicar deporte o pasear.

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