Los principios de la estrategia efectiva para triunfar podemos aprenderlos de Alejandro Magno (356-323 AC) el rey de Macedonia, un antiguo reino en el norte de Grecia. Era conocido como “el grande” debido a su poder estratégico. Los macedonios gobernaban toda Grecia cuando comenzó a reinar a los 20 años.
Alejandro se enteró de que ciertos conspiradores desleales y rebeldes pretendían asesinarlo y liberar a las ciudades-estado griegas del dominio macedonio, así que reorganizó el ejército macedonio y nombró generales en los que podía confiar. Luego derrotó a los ejércitos insurgentes. Con 21 años, Alejandro era el amo indiscutible de Grecia. Se dedicó a introducir la cultura griega en todo el mundo. Permitió que los reyes que no se oponían se mantuvieran en el poder si pagaban un impuesto anual. Alejandro invitó a soldados de otros países a unirse a su ejército; les daba la oportunidad de participar en el botín.
Darío y el Imperio Persa gobernaban todo el Medio Oriente hasta la India y el actual Pakistán. Alejandro invadió el Imperio Persa y su ejército de 22.000 hombres hizo huir a los 50.000 hombres del ejército de Darío, quien organizó un ejército de un millón de hombres para luchar contra los macedonios en Gaugamela.
La noche antes de la batalla, Alejandro comunicó su plan de batalla a sus generales. El ejército persa estaba compuesto por más de 30 tribus con diferentes idiomas, diferentes culturas, diferentes órdenes de batalla, diferentes ritos religiosos y diferentes estructuras militares de mando. La única coincidencia era la lealtad a Darío. Alejandro se dio cuenta de que si mataba a Darío estas facciones se dispersarían rápidamente. Alejandro planeaba atacar el centro del ejército de Darío y matarlo.
Alejandro inventó la formación oblicua. Alineó su ejército en un ángulo a la derecha del ejército de Darío, quien confundido ordenó a su ejército pasar a la derecha para hacer frente a la maniobra de Alejandro. Los soldados persas y sus comandantes preferían avanzar en línea recta, como todo ejército de la época. Alejandro tomó ventaja en una brecha de la línea persa y llevó a su caballería hasta el corazón del gran ejército. Darío montó en su caballo y huyó del campo de batalla. La noticia de su abandono se extendió y las unidades individuales de su ejército se dispersaron. El ejército macedonio siguió a los que huían, tropas sin líderes, y los mató a todos. Murieron 400.000 persas. Los macedonios perdieron 1.247 hombres.
Alejandro, entonces de 23 años, se convirtió en el líder más poderoso del mundo antiguo. Los siete principios estratégicos esenciales que utilizó para derrotar a Darío siguen siendo válidos y aplicables para los estrategas (incluyendo planificadores corporativos) como lo fueron en la Antigüedad. Las organizaciones y los ejércitos que no apliquen los siguientes principios de la estrategia efectiva pueden experimentar derrotas catastróficas.
Los principios de la estrategia efectiva
Para tener éxito hay que poner en práctica los siguientes siete principios que Alejandro Magno usó en su conquista de medio mundo:
1. El principio del objetivo
El éxito requiere tener un objetivo establecido firmemente. Hay que saber cómo lograrlo, todos los empleados deben saber lo que tienen que hacer. El objetivo de Alejandro era convertirse en gobernante del mundo, para lo cual tuvo que derrotar a los persas y deshacerse de Darío. Él comunicó su plan y estrategia de batalla a sus generales, por lo que todo el mundo sabía qué acciones tomar.
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2. El principio de ofensiva.
Napoleón Bonaparte dijo que ninguna batalla se ganaba a la defensiva. Para tener éxito hay que pasar a la ofensiva con nuevos productos, nuevos servicios, nuevos procesos y nuevas formas de hacer negocios. Alejandro sabía que la única manera de derrotar a los persas era la lucha directa con ellos, hay que hacer lo mismo para vencer a los competidores.
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3. El principio de las masas.
Los generales vencen al enemigo masificando sus fuerzas en un punto crítico, en un momento crítico. Alejandro lo hizo creando una brecha en sus líneas.
En los negocios se logra este principio entregando los mejores productos o servicios en su nicho. No hay que expandirse a otras áreas de productos o servicios hasta liderar el nicho en el mercado. De acuerdo con Bill Gates y Warren Buffett el elemento más importante en los negocios es el enfoque. Siempre hay que centrarse en los productos y servicios que la empresa hace mejor.
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4. El principio de la maniobra.
Los generales que superan a sus enemigos, al igual que Alejandro superó a los persas, son flexibles, consideran lo que pueda pasar y planifican en consecuencia. Se debe estar preparado para ir adelante, hacia atrás y hacia los lados en el mercado, si es necesario.
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5. El principio de la acción concertada.
El trabajo en equipo es fundamental. Alejandro sabía que podía contar con sus tropas porque él los entrenó para ser los soldados más disciplinados del mundo. Es importante promover una cultura de trabajo en equipo en la cual los empleados siempre hablen de “nosotros” y “lo nuestro”, y vean a la empresa como una extensión lógica de sí mismos.
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6. El principio de la sorpresa.
Alejandro sorprendió a los persas y los desequilibró. Hay que desequilibrar a los rivales del negocio introduciendo productos y servicios innovadores y mediante el uso de nuevas estrategias y procesos.
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7. El principio de la explotación.
Una vez alcanzadas las metas, no hay que detenerse. Hay que mantenerse en movimiento para explotar la ventaja. Los competidores harán todo lo posible para recuperar el terreno perdido, pero hay que man- tenerse a la ofensiva.
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Estas son las recomendaciones que nos da el experto Brian Tracy quien a lo largo de su carrera ha enseñado a innumerables líderes y organizaciones a alcanzar el éxito. En su libro «Business strategy«, conciso y práctico, Tracy nos brinda las lecciones más importantes de la planificación estratégica.
Psicólogo. Coach Ejecutivo. Fundador y CEO de SoyDigital Network, empresa especializada Digital Business Solutions. Profesor MBA en la Universidad Europea de Canarias. Online desde 1996.
Todo lo que hago es porque creo sinceramente que puede aportar valor a la vida o los negocios de otros.
