Empecé a trabajar a los 14 años, cuando era estudiante, durante los fines de semana y las vacaciones en un taller de bicicletas, en un puesto de frutas y verduras en un mercado, como secretario en varias empresas… Mi primer empleo de verdad fue a los 23 años, como consultor en The Boston Consulting Group. Luego, a los 25, monté Toprural.
Ingeniero de gestión por la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. Me gradué como el primero de mi promoción con suma cum laude.
Tenía ahorrados unos veinticinco mil euros de mis dos años de trabajo como consultor, entre los 23 y los 25 años. Lo completé con dinero que invirtieron familiares y amigos, con lo que llegamos a la inversión de casi cien mil euros para Toprural.
En mis inicios, lo que más me motivaba era montar lo mío, poder construir algo grande, no tener jefe. Ahora, lo que más me motiva es poder participar en otras startups, poder ayudar a construir algo grande y no tener empleados.
Ni la idea ni ser el primero. Lo más importante es la ejecución de la idea y el equipo.
El miedo al fracaso no es malo mientras no te paralice: lo importante es lanzarse, y el miedo o el estrés pueden ser un elemento motivador. Lo malo es la poca valoración de la sociedad española con el fracaso emprendedor: fracasar es normal, pues la probabilidad de fracasar en el primer intento de empresa es del 80 %. Lo importante es intentarlo, y en caso de caída, volver a levantarse. En Estados Unidos, una empresa fallida es algo que se valora positivamente, mientras que en España es un estigma. Eso es algo que hay que cambiar.
Buf, depende. La mayor parte de la sociedad sigue pensando que el emprendedor de éxito es alguien con suerte o alguien que se hace rico a costa de sus empleados. Luego, en círculos de emprendedores se reconoce el mérito, claro, pero lamentablemente, la percepción general no es ésa.
Se puede triunfar sin tener que ir a Sillicon Valley, pero si alguien tiene la oportunidad de irse unos años fuera, se lo recomiendo. Se aprende muchísimo viviendo en otro país.
Emprender es vivir unos años como nadie quiere, para intentar vivir luego como nadie puede. La travesía del desierto es muy dura, hay que renunciar a muchas cosas, es una experiencia que suele ser dificilísima y a la vez muy enriquecedora, tanto si la empresa sale bien como si sale mal. Entre funcionario, empleado o emprendedor, elijo y volvería a elegir ser emprendedor, sin ninguna duda.
Ante todo, la ambición: creo que es clave para mí y para cualquier emprendedor. También el pensar que puedo tener razón aunque la mayoría piense lo contrario. Y trabajar mucho. En mi opinión, el éxito es más cuestión de trabajo que de talento.
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Psicólogo. Coach Ejecutivo. Fundador y CEO de SoyDigital Network, empresa especializada Digital Business Solutions. Profesor MBA en la Universidad Europea de Canarias. Online desde 1996.
Todo lo que hago es porque creo sinceramente que puede aportar valor a la vida o los negocios de otros.
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