Los microcréditos a menudo se asocian a situaciones económicas límite y son criticados desde algunos sectores por sus altas TAE. Sin embargo, son una buena solución de financiación para determinados casos. Especialmente para emprendedores, que pueden recurrir a ellos de forma sencilla pero dentro de los parámetros de su plan de negocio. Si vas a emprender, puedes optar por esta vía para financiar la fase inicial de tu negocio.
Aquí te presento 4 situaciones en los que los minipréstamos pueden ser de gran utilidad para pymes y autónomos.
En muchos negocios, sobre todo cuando inicia la nueva andadura, se dan momentos en los que falta liquidez a nivel de tesorería. Iniciar un negocio o montar una startup implica muchas dificultades. Encontrar ciertas dificultades para pagar a proveedores o empleados no tiene por qué significar que el negocio va mal, sino simplemente que ciertos cobros se han retrasado más de lo esperado. Contar con dinero en efectivo procedente de un microcrédito puede ayudar a mejorar la liquidez inmediata de manera puntual.
¿Te toca pagar una declaración mensual o trimestral de un determinado impuesto (IVA, Renta, Sociedades…) pero aún tienes facturas sin cobrar? Es una situación que conocerán bien quienes leen este artículo o se encuentran en fases iniciales de una startup. A veces se puede hacer ingeniería financiera y conseguir dinero de otras partidas, aunque se corre el riesgo de descuadrar cuentas. Otra opción nada recomendable es retrasar el pago y realizarlo fuera de fecha, lo cual conlleva recargos y sanciones. En ese caso, para evitar tener ‘trampas’ económicas y administrativas con Hacienda o la Seguridad Social, puede merecer la pena solicitar un crédito rápido: lo que se paga por los gastos de gestión será menor que la multa generada por el retraso.
A menudo, recurrir a los microcréditos puede ser útil para financiar íntegramente pequeñas acciones de marketing. Piensa en un pequeño evento a nivel local, como una feria o reunión de networking. Necesitarás dinero para invertir en cartelería o catering, por ejemplo, pero lo podrás recuperar mediante la venta de algún producto, el cobro de entrada o patrocinios. Ahí tienes una acción de marketing financiada con microcréditos que, en realidad, ‘se paga solo’.
Si eres un genio de las ventas, un minicrédito online te puede servir para adquirir la materia prima o la mercancía necesaria para generar una venta ya pactada de antemano. De esta manera, el riesgo es cero y el gasto generado por los intereses del pequeño préstamo queda ampliamente absorbido por el beneficio de la venta. Una operación perfecta.
Como ves, hay situaciones en las que los microcréditos son una buena opción para obtener financiación. No siempre son útiles ni necesarios pero hay ocasiones en los que resultar una opción muy interesante que debe ser tenida en cuenta.
Psicólogo. Coach Ejecutivo. Fundador y CEO de SoyDigital Network, empresa especializada Digital Business Solutions. Profesor MBA en la Universidad Europea de Canarias. Online desde 1996.
Todo lo que hago es porque creo sinceramente que puede aportar valor a la vida o los negocios de otros.
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