Fue con 14 años cuando comencé a interactuar por primera vez en una red telemática y con 18 años cuando comencé a trabajar en la Red.
Empecé con mi primera empresa siendo apenas un estudiante.
Empecé simplemente con mis ahorros propios que eran pocos por ser un estudiante.
Arrancar un proyecto, verlo nacer y experimentar. Mentiría si dijera que en ningún momento pensé en vivir de ello – ése es el objetivo, a fin de cuentas-, pero lo cierto es que lo que más me motivaba era ver el proyecto arriba, vivo y funcionando, con el feedback de la comunidad de usuarios y de los implicados en todo momento. Ahora mis motivaciones siguen siendo exactamente las mismas. Hay cosas que no cambian.
Diría que una mezcla de las dos cosas, aunque con un mayor énfasis en cómo se ejecuta el proyecto. Por ponerte un ejemplo, antes de la exitosa Pinterest existieron ideas similares en Internet, pero la “batalla” la ha planteado la susodicha. ¿Por qué, si no llegó la primera? Pues porque la idea, a pesar de ser similar a otras, estaba ejecutada de una manera más inteligente.
La burla social siempre va a estar ahí. Es más, la burla hará acto de presencia incluso cuando triunfes. Nunca llueve (ni lloverá) a gusto de todos. El quid de la cuestión está en asumir que el factor fracaso es una posibilidad. Reconocerlo es el primer paso para aprender en caso de que se dé la situación. Y te puedo asegurar que aprender de un traspié es la mejor forma de avanzar y en mi caso he caído varias veces en mis negocios.
Aquí se produce una situación similar al “te lo dije” en los fracasos. Algunos siempre dirán que el emprendedor “ha tenido suerte”, que su éxito se debe a que ha llegado “el primero”, pero el mérito del emprendedor siempre está ahí. Es innegable. Otra cosa es que se sepa valorar el trabajo realizado.
La situación económica de España no es que resulte la más brillante y adecuada para emprender. Esto es innegable. Además, la capacidad de los inversores españoles se ha visto muy reducida por la falta de confianza y el peligro de asumir riesgos en crisis. No es necesario volar a Estados Unidos para triunfar, pero sí debemos asumir que el emprendedor se tendrá que mover (viajar) en busca de los inversores y de las oportunidades que nunca encontrará aquí.
No. Emprender es sacrificar tiempo, dinero, relaciones personales, familia, vacaciones y un largo etcétera. Cuando se emprende se aprende, nunca se pierde. Incluso de los fracasos más estrepitosos se pueden sacar puntos positivos. No podemos partir de la premisa de que “perderemos” porque entonces nadie emprendería.
Ser incombustible y paciente. También tenacidad. Si una idea no conseguía el resultado previsto, pulsaba el botón de pausa y analizaba los porqués para descubrir el problema y aprender de los errores cometidos. Creo que ser tenaz y perseverante, a la vez que exigente y realista, con mi trabajo me ha ayudado tanto a alcanzar este éxito que citas como a levantarme de las caídas.
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Psicólogo. Coach Ejecutivo. Fundador y CEO de SoyDigital Network, empresa especializada Digital Business Solutions. Profesor MBA en la Universidad Europea de Canarias. Online desde 1996.
Todo lo que hago es porque creo sinceramente que puede aportar valor a la vida o los negocios de otros.
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