Cada vez son más las voces que aseguran que para emprender es necesario haber tenido algún fracaso previo. De tal forma que puede constituir una garantía de éxito en un nuevo proyecto.
Pero personalmente creo que hoy día el fracaso está sobrevalorado, si bien en nuestro país todavía sigue siendo una ‘marca negra’ en el curriculum de todo emprendedor. Probablemente y como dice el aforismo latino «aurea medicocritas«, la virtud se encuentra en un término medio: no hay que dar excesivo valor al fracaso, ni en sentido positivo ni negativo.
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En países como Estados Unidos hay una cierta tendencia a elogiar el fracaso de tal modo que se valora favorablemente que un emprendedor haya vivido algún fracaso en su carrera emprendedora.
Cuando un inversor está valorando si invertir o no en un proyecto determinado tiene en cuenta la experiencia que el líder del proyecto ha vivido en otros emprendimientos: si tiene historia de algún fracaso no imputable a su capacidad, entonces será bien valorado.
En España, sin embargo, el fracaso es considerado como algo negativo ya que siempre se identifica con factores personales; si has fracaso se entiende que no tienes las aptitudes suficientes porque si las tuvieras no habrías fracasado. Es una visión muy caínita y que solo considera la influencia de los aspectos personales del emprendedor pero en el fracaso también influyen multitud de variables totalmente ajenas al emprendedor.
Es posible que una persona disponga de las mejores cualidades para emprender sin embargo fracase en su proyecto porque no dispone del equipo adecuado o la financiación necesaria. Por contra un mal líder que tenga la fortuna de contar con un gran equipo humano y capital suficiente puede hacer triunfar una idea.
Emprender y fracasar son las dos caras de la misma moneda pero a veces son la misma cara de la moneda.
Si consideramos que el fracaso puede contener algún elemento positivo sería porque:
Pero también el fracaso tiene aspectos negativos que debemos considerar:
Por tanto mi conclusión sería que el fracaso no es ni bueno ni malo en sí mismo. Todo depende de las condiciones en que se produce y cuáles son las causas que lo provocan. Un fracaso tiene causas desencadenantes pero también hay factores que lo promueven o mantienen.
Analizar ambos tipos de variables es necesario antes de valorar como positivo o negativo un fracaso determinado. Huyo de los extremos como el gato del agua hirviendo asi que prefiero una forma de entender y valorar el fracaso que combine el elogio de los americanos con la etiqueta negativa que se da en España.
Para emprender no es necesario haber fracasado antes pero si lo has hecho no debe ser nunca un limitante para emprender y triunfar en un nuevo proyecto.
Tener algún fracaso en nuestra biografía no garantiza el éxito del próximo emprendimiento, pero puede ayudar emprender con una visión más realista y ajustada.
Psicólogo. Coach Ejecutivo. Fundador y CEO de SoyDigital Network, empresa especializada Digital Business Solutions. Profesor MBA en la Universidad Europea de Canarias. Online desde 1996.
Todo lo que hago es porque creo sinceramente que puede aportar valor a la vida o los negocios de otros.
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