Los 10 principios del ADN empresarial son como los diez mandamientos de una fé religiosa. Los pilares sobre en los que se sustentan las normas y procesos organizativos. Utilizamos el término ADN empresarial u organizacional como una metáfora para describir los factores de diseño organizacional y cultural que definen a la personalidad de una empresa y determinan si es fuerte o débil al ejecutar su estrategia.
Gary L. Neilson y Jaime Estupiñán, especialistas en Strategy de Chicago y New York, respectivamente han publicado varios trabajos sobre este tema. Desde su primer trabajo sobre estrategia en 2004, han analizado más de 20 mil cuestionarios online en los que la gente describe la personalidad y desempeño de sus empresas. A partir de estos datos, han descubierto que en medio de la turbulencia de un ambiente de negocios cambiante, 10 preceptos han sobrevivido como útiles a la hora de empoderar a la gente y desbloquear el potencial de la organización.
Estos son los 10 principios del ADN empresarial y organizacional propuestos por Neilson y Estupiñán:
Aunque cada empresa es única, en su comportamiento caen en uno de siete patrones de comportamiento (ordenados de menos a más efectivos en cuanto a ejecución): pasiva-agresiva, sobre administrada, desbordada, para-y-arranca, justo-a-tiempo, precisión militar y resiliente. Sin importar la industria o geografía, siempre se clasifican en una de esas categorías, lo que significa que por pésimos que sean los problemas de productividad, otras empresas ya los han enfrentado y con frecuencia se han sobrepuesto, cambiando dicha personalidad.
Suelen tener dos o más unidades de negocio que caen dentro de distintos arquetipos. Sobre todo en aquellas empresas que han realizado grandes fusiones o adquisiciones. Una gran empresa tecnológica de 20 años puede ser resiliente, pero la nueva división que adquirió tiene un perfil para-y-arranca, con mucho talento emprendedor pero falta de disciplina colectiva.
La conexión entre el tipo de personalidad de la empresa y lo bien que ejecuta la estrategia es siempre sólida. Según nuestro análisis reciente, un 48% entraba en el perfil de ejecución débil.
52% de los encuestados con un arquetipo de ejecución fuerte no pueden darse el lujo de ser complaciente. Debe trabajar continuamente para permanecer en el tope. Sus líderes deben estar siempre en la búsqueda de feedback, y tomando acciones para resolver cualquier deficiencia.
El ADN está formado por 4 pares de bloques de construcción: normas y derechos de decisión, motivadores y compromisos, información y estados mentales, y estructuras y redes. La forma como estos se combinan determinan la posibilidad de ejecutar. Las empresas que quieran mejorar, deben considerar los bloques como un todo, no individualmente.
Muchos líderes caen en esa trampa, piensan que al cambiar la estructura organizacional, se resuelven sus problemas. Dichos cambios pueden eliminar niveles gerenciales y ahorrar costos temporalmente, pero pronto todo vuelve a como estaba. Es mejor cambiar primero otros elementos formales, como derechos de decisión, motivadores y flujos de información, para luego realizar los cambios estructurales necesarios para apoyar a la revitalizada empresa.
Los elementos formales del ADN organizacional son atractivos porque son tangibles, se pueden definir y medir. Pero si no hacen cambios en los elementos informales e intangibles, como normas y compromisos, no verán los resultados esperados. Los elementos intangibles influencian la forma como la gente piensa, siente, se comunica y se comporta. Los esfuerzos para mejorar el desempeño quedarán desbalanceados si no se toman en cuenta.
Son mucho más poderosos que otros factores como estructura y motivadores, a la hora de impactar en la efectividad organizacional. Esto puede explicar por qué muchas empresas hacen uso inteligente de la tecnología de información digital para diferenciarse.
Para mejorar los intangibles como normas y compromisos es usarlos como fuerza para la transformación. Así que, en lugar de tratar de cambiar la cultura de la compañía, utilice las fuerzas intangibles para mejorarla.
Rara vez los departamentos o unidades de negocio trabajan aislados. Los cambios suelen durar si se hacen en toda la empresa o división. Mientras haya mayor conectividad entre los distintos grupos o funciones, más efectivos se vuelven.
Psicólogo. Coach Ejecutivo. Fundador y CEO de SoyDigital Network, empresa especializada Digital Business Solutions. Profesor MBA en la Universidad Europea de Canarias. Online desde 1996.
Todo lo que hago es porque creo sinceramente que puede aportar valor a la vida o los negocios de otros.
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