El mindfulness está de moda y el mundo en plena transformación. En poco más de una década casi todo ha cambiado de forma exponencial: el mundo es más volátil, globalizado e hiperconectado. En el trabajo, los tiempos son más rápidos, las dinámicas son más complejas y la incertidumbre es casi la única certeza. La sobrecarga y la presión se extienden, ya sea por recortes en la organización o por la asunción de más responsabilidades, y el quehacer diario implica una lista de tareas interminables que se acumulan y superponen. Ante todo este ruido, presión e hiperactividad el mindfulness surge como una oportunidad para afrontar con éxito esa situación.
El entrenamiento en mindfulness incide y mejora los tres aspectos del éxito sostenible. Sirve como antídoto, ayuda a recuperar el equilibrio ante el impacto negativo de estresores, y también puede actuar como estímulo, promoviendo estados positivos u optimizando procesos cognitivos y relacionales.
Al hablar de mindfulness según la propuesta de Shapiro y Carlson en su libro [amazon_textlink asin=’B0030FV1ZA’ text=’The art and science of mindfulness: Integrating mindfulness into psychology and the helping professions‘ template=’ProductLink’ store=’blog04b9-21′ marketplace=’ES’ link_id=’52021055-5b69-11e7-b507-f5fbcaf64e1b’], podemos referirnos tanto a una forma de ser como a una práctica de meditación.
Esta habilidad de estar presentes puede ser entrenada y es lo que hacen los verdaderos líderes para sí mismos y para sus empresas.
[Tweet «El mindfulness es la capacidad para estar presentes en el aquí y en el ahora»]
La práctica informal de mindfulness consiste simplemente en realizar actividades de la vida cotidiana prestándoles deliberadamente atención plena: cuando comemos, comemos; cuando caminamos, caminamos; cuando mantenemos una conversación, mantemos una conversación… Y, al notar que nos distraemos, hay que volver intencionadamente a prestar atención a lo que se está haciendo.
Es algo aparentemente sencillo pero que resulta tremendamente complejo en el mundo multitarea en el que vivimos. Estamos infoxicados por múltiples inputs de todo tipo siendo realmente complicado centrarnos el algo de forma plena.
La experiencia repetida de la práctica de mindfulness moldea los circuitos del cerebro y refuerza la capacidad de estar más presentes en cada momento de la vida.
Al practicar mindfulness, se entrena:
La práctica de mindfulness en el ámbito laboral tiene diversas repercusiones:
El entrenamiento en mindfulness permite que los líderes mejoren en sus competencias básicas:
Al practicar mindfulness, se desarrolla metaconsciencia, que es la capacidad de tomar perspectiva y separarse de la experiencia. Esto conduce a una visión más clara, menos sesgada de uno mismo y del entorno, donde las decisiones pueden tomarse sin estar a la defensiva y sin necesidad de proteger el ego.
Se practica mantener la intención de focalizar la atención en un estímulo y volver a él cuando nos distraemos. Esta capacidad es clave para un líder, ya que debe mantener el propósito ante múltiples distractores y discernir cuándo esos distractores necesitan atención o cuando el foco de atención debe estar en los objetivos y se debe persistir ante los obstáculos.
Al entrenar la atención, se desarrolla la habilidad de estar presente y conectado con las personas, lo que transmite interés y respeto. Esta actitud fomenta la implicación de los colaboradores, que se sienten reconocidos y apreciados y se involucrarán más. Por otro lado, al comprender mejor las necesidades y situaciones de su equipo, el líder puede también brindar más apoyo.
En la práctica, se entrena la actitud de amabilidad. Cada vez que la mente se distrae, no hay que criticarse, sino volver a la intención de forma suave. Esto hace de contrapeso a la tendencia automatizada de criticarnos y juzgarnos, que implica que la atención se disperse aún más y lleva a la frustración y desmotivación.
Prestar atención a la propia experiencia con curiosidad rompe las reacciones condicionadas y hábitos limitantes, dando oportunidad para crear nuevas conductas más adaptadas y acordes con los propósitos y objetivos.
El mindfulness es, por tanto, una poderosa herramienta para mejorar el liderazgo y las vidas de los trabajadores en la empresa. Sin embargo, es necesario clarificar que el mindfulness no es una píldora mágica ni un decálogo de instrucciones que puedan aprenderse en un seminario de un día. Es un entrenamiento que requiere tiempo y paciencia para desarrollarse y profesionales capacitados y experimentados que lo transmitan.
Psicólogo. Coach Ejecutivo. Fundador y CEO de SoyDigital Network, empresa especializada Digital Business Solutions. Profesor MBA en la Universidad Europea de Canarias. Online desde 1996.
Todo lo que hago es porque creo sinceramente que puede aportar valor a la vida o los negocios de otros.
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